El primer reto que tenía Alberto Gamero después del clásico capitalino era recomponer la nómina, debido a las diferentes ausencias que habían para el partido frente al Bucaramanga. La mitad del campo de Millonarios fue la zona más afectada, pues ni Giraldo, Cataño y Maca iban poder estar presentes en la grama de El Campín.
Ante esta necesidad, Gamero optó por suplir a Giraldo con Pereira, a Macka por Jader (teniendo en cuenta el regreso de Ruiz) y Cataño por Édgar Guerra. Este último, fue el jugador más destacado dentro de la lluvia de goles que hubo en Bogotá.
Édgar Guerra se había convertido en un jugador un poco resistido por la hinchada, debido a que se han presentado muchas oportunidades para que sobresalga, pero en ocasiones, el extremo no sabía aprovecharlas. Para el partido frente a los ‘bucaros’ el jugador de Becerril, César, demostró todo lo contrario y desde los primeros minutos se le vio con presencia ofensiva en el área rival.
Gracias a un buen juego de Millonarios en los primero minutos, Guerra recibió un centro de Jader Valencia que controló y de zurda definió para poner a Millos 1-0 en menos de 15 minutos de juego.
En distintas ocasiones, Guerra ocasionó que la defensa de Bucaramanga “tambaleara” más de una vez por su constante presión. Incluso, de este modo fue que llegó el segundo gol de El Embajador, luego de que Édgar ganara una pelota por su presión y en medio del rebote le quedara a Leo Castro para definir y poner tranquilidad en el partido.
Más allá de sus intervenciones en los goles, en los 77 minutos jugados por el extremo del César se vio el interés de querer participar en las jugadas ofensivas y que la pelota pase por sus pies. En algunas ocasiones erró, pero eso no ocultó su juego destacado. Fue eficaz y convirtió un tiro al arco en gol, de los dos que hizp.
Otros destacados en el juego frente a Bucaramanga fue Daniel Ruiz quien fue muy participativo y su distribución del balón le contribuyó a Millonarios una posesión tranquila y segura. Además resaltar el regreso de Beckham Castro con un gol justo al finalizar el encuentro.
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