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Se acabó la luna de miel



Después de los títulos de Liga 2017-2 y Superliga 2018, Millonarios tenía cierto margen de error, cierto “colchón” para este semestre, en caso de que las cosas no salieran bien. En el imaginario, “que las cosas no salieran bien” significaba que Millos perdiera en semis o por muy mal rendimiento que tuviera, en cuartos de final de liga y que quedara tercero en su espinoso grupo de Copa Libertadores. Sin embargo, nadie contaba con este semestre tan malo.

Malo porque quedar novenos en la liga y no clasificar a los playoffs es un papelón gigante y más para un equipo que pretendía defender el título. Malo también, porque, a falta de dos fechas por jugarse, Millonarios ocupa el último lugar del grupo en Copa Libertadores, está al borde de la eliminación y con riesgo hasta de quedarse sin jugar la Copa Sudamericana.

Además, porque Miguel Russo estuvo ausente la mayoría del semestre por motivos de salud; porque Santiago Montoya, aunque no venía destacándose, era recambio y tuvo una terrible lesión que lo dejó fuera hasta final de año; porque Henry Rojas, Juan Guillermo Domínguez y Roberto Ovelar duraron buena parte de la temporada lesionados y porque Huérfano, Banguero, Palacios, Silva y hasta el mismísimo Duque tuvieron un significativo bajón en su nivel, ese que los hizo piezas fundamentales para la estrella 15.

Los dos títulos recientes nunca se olvidarán: fueron de visitante, ante los dos máximos rivales y fueron jugados con garra, jerarquía y buen fútbol. Y eso mismo fue lo que faltó en el clásico contra Santa Fe, en el partido contra Deportivo Lara en Venezuela, en las visitas a Leones y Águilas, en los partidos contra Jaguares y Alianza, por nombrar, en su orden, los peores partidos del semestre.

Los momentos hay que ratificarlos y a Millos no le puede pasar lo mismo que hace 5 años después de la estrella 14. El 17 de diciembre era el punto de partida perfecto para construir algo bueno, para seguir acumulando trofeos y reafirmar la grandeza, esa que jamás se irá, de este equipo. Señores Serpa, Camacho y Russo: se acabaron los ahorros. Es momento de depurar la nómina, de reforzarse bien y de luchar por la estrella de diciembre y por el torneo internacional que juguemos post-mundial (si es que jugamos alguno).

En las fechas definitivas no podemos depender, por ejemplo, de Román y Salazar: canteranos muy buenos pero que no están plenamente formados y juegan no por convicción, sino por necesidad, juegan porque no hay más. Se acabó la luna de miel y todavía estamos a tiempo de recomponer, de enderezar. No podemos esperar otros 5 años o más para levantar otro título. No nos quedemos. ¡Vamos Millonarios!

#CortitaYAlPie: Ganar un clásico se celebra siempre, claro. Pero lo de los hinchas santafereños anoche fue desmedido: saltaron, se abrazaron y a algunos hasta se les salieron las lágrimas. ¿Acaso qué ganaron? El complejo de inferioridad siempre ha existido, pero antes del 17 de diciembre de 2017 al menos lo disimulaban.

Luis Fernando Zambrano


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