El fútbol es como la vida. Hay que saber afrontarlo. En los momentos difíciles y ante los retos más complicados, la templanza es necesaria. A Millonarios le quedan cuatro retos que debe afrontar con actitud, unión y, en especial, jerarquía. Aquella que mostró el martes pasado cuando, en un estadio totalmente rojo, se impuso y ganó un nuevo clásico.
Nacional en El Campín, ese es el primer reto. Claro, hay que tener un planteamiento que pueda opacar las virtudes del rival y realzar las propias para conseguir la victoria. Pero la actitud será fundamental. Hay que salir a afrontar este partido como si fuera una final anticipada, por más cliché que suene.
Y es que los dos partidos con Nacional, seguramente, serán los que definirán el cuadrangular. El equipo antioqueño llega a El Campin con dos victorias, una de ellas una goleada 5-0 ante Santa Fe, y esperará arañar por lo menos un punto para seguir con paso firme en el grupo.
Por eso es la hora de la jerarquía. La hora de Radamel Falcao, de Leonardo Castro, de Álvaro Montero y de todos los jugadores que tienen una carrera -y un palmarés- digno de un club como Millonarios. No se puede regalar un solo segundo, ni en Bogotá ni en Medellín.
La hinchada hará su tarea. Con una salida apropiada para la importancia de este encuentro, los más de 30.000 espectadores esperan contribuir con su granito de arena para lograr el objetivo. La hora de demostrar la jerarquía de Millonarios ha llegado. Todos en comunión, todos unidos para llegar a una nueva final.
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