
Pálida por no decir nula presentación de Millonarios el día sábado por la fecha 5 de la Liga Betplay 2025-I ante el equipo antioqueño, que jugando un partido serio e inteligente, se llevó tres puntos de Bogotá y trajo una realidad que acecha al 'embajador' en el último tiempo.
“¿Se están haciendo bien las cosas en Millonarios?” Yo siento que esa pregunta es el calvario o la tortura de los hinchas durante el último tiempo. Más allá de lo deportivo, nadie se siente seguro del camino que ha escogido el club y si es el manejo adecuado para la historia que tiene el azul y blanco.
Tal vez muchos digan “es solo un partido”, pero no es solo perder, fue la forma y el poco fútbol que se mostró en el terreno de juego. Tan deprimente fue, que los 29.192 aficionados que presenciaron hasta un “lujo” que de esa palabra no tiene nada en la actuación de Chaverra, salieron del Campín quitándose la venda de los ojos, con más preguntas que respuestas.
Rendimientos muy flojos, abonos costosos, contratos largos, renovaciones no hechas como el caso de Leonardo Castro o Neyser Villarreal, que ahora es la joya en bruto escondida del club, pero que no tuvo la oportunidad o continuidad del cuerpo técnico anterior y que ahora puede irse libre y sin dejar un peso al club, hace que el hincha no tenga paz en el día a día.
Cada vez está más cerca el encuentro por Copa Sudamericana y qué papelón sería no avanzar de fase. Todos los ojos puestos van a estar sobre Millonarios en ese encuentro; Once Caldas no tiene nada que perder, por el contrario, el azul y blanco se la juega toda en la ciudad manizaleña.
Clasificar es obligación, intentando borrar un poco la horrorosa presentación del club en la Copa Libertadores 2024, también es la representación al club de USD 900.000 por ingresar a fase de grupos, la cual no superamos en 2023, cruel realidad que cargamos en los hombros de nuestra historia en torneos internacionales.
¿Cuántas cosas surgieron por perder un partido? Muchas, para ser francos. Perder este partido fue volver a la realidad que los hinchas de Millonarios tenemos cuando el equipo gana dos partidos: pensamos que todo es color de rosa, que este semestre sí será, y terminamos cometiendo los mismos errores que nos acechan desde hace mucho.
No somos alcahuetas, nunca seremos los culpables, pero siempre terminamos siendo los que más sufren, a los que los lunes terminan siendo horribles y replanteando una vez más cómo se están haciendo las cosas en el club que tanto amamos.
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