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Millonarios no va bien y justo en el semestre que más ilusión tenemos

Foto del escritor: Sebastian CoteSebastian Cote


Inentendible. De 2021 a 2023, cualquier hincha de Millonarios podría apostar y poner las manos al fuego porque el equipo sí o sí iba a ganarle a un equipo como Alianza Petrolera: último en la tabla, en construcción y, en los planes, sin posibilidades de luchar por el título. Pero, como ya nos acostumbró el equipo desde este año, todo lo que pueda salir mal, saldrá. Y salió, el domingo, al caer 2 a 1 en Valledupar. 

 

Para nadie es un secreto que el peso de la llegada de Radamel Falcao y la historia reciente de Leonardo Castro obligó al cuerpo técnico a pensar en un equipo con dos puntas. Una estrategia que no ha traído resultados y que parece ser una idea en construcción, lo cual es peligroso teniendo en cuenta que Millonarios está obligado a clasificar a Copa Libertadores. Por ello, llamaba la atención y en cierta medida parecía un alivio que solo pudiésemos llevar a Santiago Giordana a Valledupar y volver al clásico y exitoso 4-4-1-1.  

 

La idea estaba saliendo. Macalister Silva se apropió del medio campo y volvimos, por algunos minutos, a esa época en la que éramos amos y señores del partido. Pero Millonarios demostró que, aun volviendo a el esquema con un solo delantero, las cosas no van bien. El único gol, de Daniel Ruiz, fue de media distancia y obra pura del zurdo, que a propósito le sentó muy bien la titular. De ahí en adelante, el equipo generó poco o nada de peligro. ¿Dos remates al arco en un partido? Hace cuanto no veíamos eso.  

 

Es difícil decirlo después de cuatro años de buen fútbol, pero Millonarios vuelve a ser un equipo en construcción. Alberto Gamero no encuentra un lateral izquierdo. Danovis Banguero no ofrece las garantías que sí mostró Johan Hernández y mucho menos a las que nos tenía acostumbrados Omar Bertel. Kevin Palacios entró a probar por ahí y demostró, más allá del penal que le dio el triunfo a Alianza Petrolera, que su mejor versión está arriba, sin compromiso defensivo. 

 

Las certezas son pocas, pero valiosas. Jhon Emerson Córdoba ha sido desaprovechado en estos cuatro partidos. Raro, porque Gamero buscó en su momento con frecuencia la salida rápida de Andrés Gómez y Emerson Rodríguez. Aun así, Córdoba se ve fresco y con personalidad. Hay que buscarlo más. Charrupí, un todocampista que está a tiempo de no dejarse contagiar de los que tiene alrededor. Y Juan José Ramírez, nos dará muchas alegrías cuando las condiciones no estén tan cuestarriba. Tiene magia, ustedes lo saben y yo lo sé.  

 

Pero las dudas son impresionantes. ¿Por qué ya no creamos tantas opciones de gol? ¿Por qué los delanteros están tan lejos de las opciones claras? ¿Gamero seguirá apostándole a doble delantero? Desde luego que los torneos no son como inician, sino como terminan. Pero, ni siquiera en su primer semestre, un equipo de Gamero se vio tan desconectado en sus primeros partidos. Duele, porque la inversión superó cualquier expectativa. Y los otros equipos se armaron con plenas ganas de llevarse el título. Pilas, las ilusiones son altas. A El Campín no le cabe un hincha más.  

 

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