El fútbol es un deporte que demanda inmediatez. Resultados inmediatos, victorias inmediatas, títulos inmediatos. Pero, así mismo y aunque parezca contradictorio, también demanda paciencia. "Roma no se construyó en un día", es una frase que, por más cliché que suene, tiene mucha verdad en sus letras.
El próximo martes, David González cumplirá un mes en la dirección técnica de Millonarios. En este periodo, ha estado al frente del equipo en tres partidos, solo uno de ellos de carácter oficial. Una victoria en un encuentro dirigido, eso traduce un buen comienzo.
Claro, un proceso de cinco años no se borra en un mes. David González agarró un equipo con movimientos mecanizados y un estilo de juego determinado. Poco a poco, ha ido implementado su sello (pressing alto, una línea defensiva dinámica y transiciones ofensivas centralizadas), pero aún falta mucho.
Por el momento, hay que tener paciencia con este proceso naciente. Confiar en el criterio del entrenador y esperar que los niveles individuales de algunos jugadores, que ya llevan varios meses sin llegar a su mejor estado, mejoren. Eso también es labor del entrenador y de su cuerpo técnico.
Equidad, con un estilo de juego defensivo ya definido, es el próximo rival de Millonarios. Hay que seguir mejorando, pero de la mano de un resultado positivo. "Corregir ganando siempre es mejor", que frase tan cierta.
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