¡Con pie derecho!
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¡Con pie derecho!



Ganamos y punto. ¿Debió haber sido por más goles? Por supuesto. Sin embargo, Millonarios cumplió con la obligación de ganarle a una nómina de Nacional que era inferior por nombres, por juego y por experiencia. Sumó tres importantes puntos en la reclasificación e irá con un gol de ventaja a Medellín.

Millonarios formó con Vikonis; Díaz, Franco, Cadavid, Machado; Barreto, Henao, Rojas; Nuñez, Escobar y Del Valle. Cocca no movió ni una pieza del equipo que derrotó al Medellín hace 8 días. La iniciativa fue azul en los primeros minutos del primer tiempo. Nacional ocupaba todos los espacios y Millos trataba de generar unos nuevos. Machado ganaba las espaldas de los laterales verdes pero al llegar a la línea y centrar, se equivocaba y las jugadas no terminaban. Por eso mismo Nacional, un equipo rápido en sus transiciones y fuerte con el balón, empezó a encontrar espacios por la banda derecha. Rojas no colaboraba en marca y Dájome, Quiñones y Ramírez y Rodríguez empezaban a encontrar espacios para hacerle daño a Vikonis.

Así llegó el gol, Rodríguez ante la mirada de Machado, Díaz y Franco filtró un balón para Quiñones que eludió a Vikonis y definió para el 0-1. El baldado de agua fría lo sintió la tribuna y lo sintieron los jugadores. Millonarios empezó a pasar muy mal la pelota, a abusar del transporte de la misma y a gambetear de manera improductiva. El equipo se veía partido y cada contraataque de Nacional significaba una profunda angustia. Los verdes le ganaban en velocidad a los azules y llegaban con relativa facilidad por el lado derecho, por el que Gabriel Díaz padecía cada atque. La historia cambió cuando después de que Nacional desperdiciara el segundo, Millonarios se despertó y empezó a atacar con todo lo que tenía. Las jugadas se gestaban bien pero la definición era terrible.

Escobar, Del Valle, Barreto y Cadavid tuvieron opciones clarísimas que sabrá Dios por qué, definieron de muy mala manera. Peor que ir perdiendo con el peor rival era ir perdiendo de manera injusta. Millos tuvo más opciones, tuvo más la pelota e hizo más por el partido en el primer tiempo. Sin embargo, se iba abajo en el marcador.

El segundo tiempo empezó como terminó el primero. Millonarios encima, lanzando por el empate pero con una deficiencia en definición desesperante. Otra vez Del Valle tuvo una clarísima, donde se volteó dentro del área, se deshizo de su marcador y definió a las nubes. Parecía que no era la noche, que no iba a entrar. Que los párvulos de Nacional se llevarían una injusta victoria de nuestra casa, con más de 30 mil azules y nuestra nómina titular. Pero el "dios" del fútbol se acordó de nosotros (ayudado por Cocca que movió muy bien el banco).

Como de costumbre, despertamos en la última media hora de partido y por fin, con la fórmula más repetida del semestre, lo empatamos. Maxi centra, Del Valle cabecea y el estadio celebra. Minuto 68, no era suficiente, había que ganar, como fuera. Millos siguió encima, aprovechando la poca experiencia de la nómina de Nacional que se dejó ganar por el marco del partido y sólo veía como el azul pasaba el balón de lado a lado. En uno de esos toques, David Silva, que entró muy bien desde el banco, vio el espacio para pegarle al arco y con un poco de fortuna, ya que el balón fue desviado por Miller, la logró meter. 2-1, minuto 74 y había tiempo para más.

Hay que reconocerle a Millonarios que siguió intentando, que lo dio todo, que buscó el tercero sin ningún complejo pero no se le dio. Ganamos, pudo haber sido por más margen pero lo pasado, pisado. Ahora en Medellín hay que dejar la vida para seguir en la búsqueda de la estrella de Diciembre.

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