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Luego de 924 días, el clásico capitalino no se vistió de azul



13 de septiembre de 2014, 1-4. Desde ese día, y con dicho marcador, Millonarios no perdía un partido frente a Independiente Santa Fe. El día de ayer, Jonathan Gómez y Johan Arango rompieron la positiva racha que Millonarios tenía frente a su rival de patio. 1-2 en contra quedó la edición 289 del clásico bogotano.

Millonarios formó con: Sánchez; Palacios, Franco, Cadavid, Machado; Duque, Rojas; Quiñones, Mosquera, Riascos y del Valle. Por otro lado, el local alineó con: Castellanos; Mosquera, Moya, Hurrego, Roa; Gordillo, Perlaza, Arango, Gómez; Valencia y Stracqualursi. La lluvia y el frío enmarcaron desde temprano las inmediaciones del ‘Campín’. El agua fue protagonista de la previa, el desarrollo y el post partido. Millonarios fue visitante ayer, pero los hinchas, fieles como siempre, acompañaron en masa.

El inicio del partido fue dinámico, explosivo. Santa Fe salió con la intención de arrollar a Millonarios. Sin embargo, la línea defensiva se mostró sólida y supo aguantar los primeros cinco minutos del partido. Dos minutos después, al 7’, Déiver Machado fue víctima de una falta en el costado izquierdo, que luego Rojas centraría de manera precisa para que nuestro capitán, Andrés Felipe Cadavid abriera el marcador. Al igual que el partido pasado: 1-0 arriba, muy temprano. Parecía repetirse la historia, al menos en un principioLos dirigidos por Russo siguieron buscando el arco rival. Anímicamente estaban mejor. Pero la búsqueda del segundo se diluyó de a poco.

Las opciones no representaron peligro para el arco de Castellanos. Al minuto 29, una pared de los argentinos Denis Stracqualursi y Jonathan Gómez sirvió para igualar el marcador. El volante rojo supo enganchar de manera precisa a Jair Palacios para definir de manera tranquila y rasante a la mano izquierda de Ramiro Sánchez. A los 40 de la primera etapa Ayron del Valle desperdició, de manera insólita, lo que pudo significar el 2-1 y nuevamente la ventaja.

La chara de Miguél Ángel Russo en el entretiempo sirvió. El equipo salió con el hambre que lo caracteriza. Buscó el marcador. Se adueñó del balón, pero sin criterio para generar opciones claras de gol. Después, al minuto 60, y al mejor estilo Santa Fe, Johan Arango finalizó de manera precisa un contra golpe y decretó el 1-2 en contra.

El equipo no bajó los brazos, pero una irresponsable e infantil agresión de Henry Rojas a Johan Arango puso la balanza en contra de Millonarios.

Al final, 1-2 quedó el clásico. Millonarios quedó debiendo en los anticipos defensivos. Perder un partido, y más un clásico: duele. Pero el equipo nunca desfalleció. Millos quiere y va por más.

Como dijo Miguel Ángel Russo al finalizar el partido: Ni un día somos los mejores ni otro día somos los más malos. Solo nos queda pasar la página y pensar en el partido del próximo miércoles frente al Junior de Barranquilla.

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