Corazón, jerarquía y huevos
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Corazón, jerarquía y huevos



Con esas tres palabras podrían resumirse las últimas gestas de Millonarios. En menos de dos meses, el azul de Bogotá ha levantado dos trofeos oficiales, que han servido para decirle a sus dos acérrimos rivales "aquí estamos, y seguimos siendo grandes".

Con una gran dosis de corazón, Millos le dio la vuelta al partido que empezó perdiendo frente a Atlético Nacional y, con el Atanasio Girardot atiborrado de camisetas verdes, levantó el trofeo de Superliga. Lástima que Los del Sur, la barra brava que parece tener más poder que la misma policía de Medellín, no permitiera que su más grande rival les diera la vuelta olímpica en la cara.

Jugaron con el corazón como respaldo Miguel Ángel Russo, el gran artífice del presente glorioso de este Millonarios, quien pasa días difíciles por temas de salud, y que vio la final desde su cuarto en la Fundación Santa Fe, en Bogotá.

La jerarquía parece haberse vuelto parte del ADN de este equipo. Muchos hinchas la reclamaron durante varios torneos en que, a la hora de sacar la casta, Millonarios sucumbía ante sus propios fantasmas. Pero ahora, haber ganado dos finales seguidas, como visitante en las canchas de sus dos rivales históricos, remontando marcadores adversos en ambas ocasiones, parece ser el presagio de un equipo que se ha acostumbrado a lidiar los toros más bravos, con mentalidad de equipo grande.

Y los huevos son los que han servido para sobreponerse a las limitaciones propias de un equipo que, a los ojos de los más críticos y exigentes, ha tenido ciertas limitaciones. En la Liga 2-2017, Millonarios nunca fue el del fútbol más técnico y vistoso, pero a punta de huevos pudo meterse en la fase final, y arrebatarle la estrella a Santa Fe, en los últimos instantes del partido más importante de la historia entre rojos y azules.

Esta combinación de tres factores tan intangibles como el corazón, la jerarquía y los huevos, se ve materializada en el trabajo serio desde lo directivo, dedicado desde lo técnico y maduro desde la experiencia. Por fin, Millonarios se sacudió de los paseos que le dieron Santa Fe y Nacional en los últimos años. El reto, ahora, es seguir creciendo, porque se viene la Libertadores.

Sebastián Silva


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