Alguien que sepa de fútbol, por favor
- Andrés Suárez
- 19 sept
- 3 Min. de lectura
Después de la recocha que jugaron los jugadores de Millonarios ante Envigado, por los octavos de final de la Copa Betplay, a la cual llamo recocha por la forma en que estos hombres jugaron esta serie que da un título y cupo directo a torneo internacional, me surgió la duda de ¿cuántos jugadores han llegado en los últimos años a Millonarios y marcaron la diferencia?
Esto después de ver cómo un equipo que está a bordes de la segunda categoría fue superior y quienes en 180 minutos siempre estuvieron por encima de una nómina de la cual uno, al verla, podría decir “esto es papita pal loro”, no por demeritar a Envigado ni a sus jugadores, cuya serie la ganaron con ambición, carácter, fútbol y personalidad.
Sino porque en el papel, estos partidos para un club como Millonarios, desde su planeación deportiva a mitad de año, debió ponerse como objetivo el ser campeón de este torneo y una llave ante un rival en lo económico es inferior a las de este club; sus jugadores ganarían esta serie con forma contundente y categórica.
Ya nos dimos cuenta de que no fue así y cómo este hermoso deporte, el cual merece todo el honor y amor que arropa tan excelso sentimiento, no premia las mediocridades y castiga a los débiles, que sin duda alguna fue la plantilla que disputó esta serie y que nunca hizo mérito por ser acreedor de un pase a la siguiente ronda.
Después de esto, uno se pregunta: ¿cuál es el criterio para llegar a ser jugador de Millonarios? Y la respuesta uno la encuentra en esta lista larga de jugadores, cuyo presente antes de llegar a Millonarios se caracterizaba por no sumar minutos, ser suplente, no rendir y no hacer mérito para llegar a un equipo grande.
Dicho esto y visto su desempeño después de finalizada su etapa en el club, claramente uno encuentra respuestas al porqué Millonarios ha hecho presentaciones nefastas y vergonzosas a nivel local e internacional. No es culpa de ellos; si a uno lo llaman a jugar a una empresa con historia, con un buen sueldo y sin hacer mucho, cualquiera sale corriendo a agarrar del brazo semejante oportunidad.
Hincha azul, le hago la siguiente pregunta: ¿Usted recuerda alguno de estos nombres por algo positivo en la historia reciente del club?
David Valencia, Carlos Valencia, Enzo Gutiérrez, Dairon Asprilla, Cristhian Ovelar, Alexis Hinestroza, Robinson Aponzá, Alexis Zapata, Jacobo Koufatty, Sebastián Ayala, Luciano Ospina, Carlos López, Gabriel Hauche, Deivy Balanta, José Luis Moreno, Hansel Zapata, Christian Vargas, Cristian Bonilla, Diego Godoy, Ricardo Márquez, Esteban Ruiz, Harrison Mojica, José Cuenú, Eduardo Sosa, Richard Celis, Diego Herazo, Delvin Alfonzo, Jovani Welch, Félix Charrupí, Daniel Mantilla, Nicolás Giraldo, Edwin Mosquera, Cristian Cañozales.
A la memoria vinieron a mí estos nombres de jugadores que realmente uno piensa y dice: ¿con esto queríamos lograr ser campeón de algún torneo? Responda usted y seguro llegamos a la misma conclusión que le alborota la frustración que estamos viviendo en este 2025 y lo hace replantearse frente a los manejos del club en los últimos 10 años.
La contratación de jugadores de medio-bajo nivel no es de este semestre y por ello solo hemos logrado cinco títulos de 40 disputados a nivel local.
La cabeza principal de Millonarios está manejada por alguien que sabe hacer dinero, pero no sabe ser exitoso en el fútbol.
Por la ilusión de gritar campeón, hemos sido muy permisivos en la llegada, estadía y bajo rendimiento de los jugadores que no supieron nunca dónde estaban jugando.
La crisis deportiva de este Millonarios lo ayuda a uno a pensar y analizar cuántas cosas o situaciones hemos dejado pasar por el amor al equipo. No estoy diciendo que es culpa suya o mía; el estilo de vida llamado “SOY HINCHA DE MILLONARIOS” es el orgullo más grande al portar con tanto amor el azul y blanco en el pecho, pero ¿debemos seguir tolerando estos desempeños?
Dice el dicho: "Por falta de un clavo se perdió la herradura, por falta de la herradura se perdió el caballo, por falta de un caballo se perdió el jinete, por falta de un jinete se perdió el mensaje, por falta de un mensaje se perdió la batalla, por no ganar esa batalla se perdió la guerra". Desde los pequeños detalles en las primeras decisiones, empezamos perdiendo.








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