Millonarios perdió con Medellín en El Campín y dejó escapar sus primeros tres puntos de local.
El "Embajador" buscaba revalidar ante su gente el buen juego mostrado en Brasil y por momentos parecía lograrlo. Sin embargo, la falta de volumen en ataque, la expulsión de Figueroa y el buen rendimiento de Quintero hicieron que las caras largas volvieran a las tribunas del Campín.
Millos formó con: Vikonis; Palacios, Figueroa, Cadavid, Machado; Henao, Domínguez; Mosquera, Arango, Gutiérrez y Quiñones.
Juan Pontón señaló la mitad del campo e hizo sonar el pito. Millonarios volvía a su casa después de más de un mes sin jugar en El Campín y la expectativa, como todos los años, era alta. El rival era exigente y era un buen termómetro para Millos. Sin embargo, la primera media hora de juego fue sumamente tediosa, Millonarios era aplicado tácticamente pero de nuevo, el volumen en ataque y las asociaciones fallaban. Arango y Gutiérrez aportaban muy poco, se veían temerosos de ir al choque y la toma de decisiones era en su mayoría, incorrecta.
Medellín, por su parte, lograba tocar bien el balón pero carecía de profundidad y Quintero y Marrugo, hasta ese momento, estaban desaparecidos. Domínguez era vital para el juego de Millonarios, otra vez, era el que levantaba la cabeza y buscaba a sus compañeros. Elíser Quiñones corría y buscaba, pero nada serio.
Al minuto 42, cuando el primer tiempo ya parecía terminar en un 0-0 marcado, después de un saque de banda, Millos mostró un gran concepto colectivo: Enzo recibió de espalda, aguantó, vio libre a Quiñones y remató con curva para poner el 1-0. Millos se iba arriba y remataba bien el primer tiempo, incluso, Mosquera tuvo la opción de ampliar el marcador pero no decidió bien. Aunque seguía faltando juego, Millos continuaba ordenado y así se fue al entretiempo.
En el inicio del segundo tiempo el equipo tuvo más sobresaltos, Medellín desperdició claras opciones de empatar y Quintero y Marrugo recibían solos y tenían tiempo para pensar. El partido se rompió al minuto 70, Ainner Figueroa fue expulsado por doble amarilla y además cedió un tiro libre que Quintero cobró y Vikonis envío al tiro de esquina. Quintero, nuevamente, centró y Marrugo cabeceó solo para empatar el partido. Inmediatamente Millonarios sacó, jugó hacia atrás y Harrison Henao, que había tenido un correcto partido, intentó salir jugando con tres marcas encima. Una de ellas, Quintero, que le quitó el balón al 8 de Millonarios, quedó frente a Vikonis, quien salió apresuradamente, y le cedió el balón a Caicedo, que con el arco a disposición, la mandó a guardar. El resto fue anecdótico. Correr con 10 jugadores detrás del balón ante un equipo con un mediocampo tan nutrido de talento e ideas y pretender empatar era utópico.
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