¿Despertar o cajón?

Tras semanas de angustia, derrotas dolorosas y un ambiente negativo tanto dentro como fuera de la cancha, Millonarios volvió a sonreír. Goleó 3-0 a Junior en El Campín, equipo que llegaba invicto y como líder sólido de la Liga BetPlay. La victoria sorprendió no solo por el marcador, sino por la manera: un equipo ordenado, intenso y con claridad en el juego, como si se tratara de otro plantel.

Lo curioso es que ese cambio llegó justo después de la protesta de la hinchada en El Campín y de la inevitable salida de David González como timonel azul. Frente a Junior, Carlos Giraldo, en calidad de interino, dispuso un 4-3-3 con Vega, Arévalo y Viveros en el medio y el grupo se vio cómodo, dominante y con respuestas que hacía rato no mostraba.

La pregunta que todos nos hacemos es si los jugadores estaban haciendo cajón. Jorge Arias, quien se ha convertido en la voz del plantel en esta crisis, lo desmintió justo después del partido. Pero aunque resulte incómodo, es válido cuestionarse por qué apenas unos días atrás, Millonarios cayó de manera bochornosa ante un Unión Magdalena en puestos de descenso y con un hombre menos; y ahora, frente al líder invicto, desplegó una superioridad abrumadora. El contraste es tan marcado que la duda se mantiene.

Yo quiero creer que no hubo cajón. Prefiero pensar que lo que ocurrió fue un despertar: un golpe de realidad que vino tanto de la presión de la tribuna como del sacudón interno. Millonarios necesitaba un cambio de chip, y el partido contra Junior mostró que este grupo, al menos, tiene algo de fútbol para competir.

La tarea ahora pasa a manos de Hernán Torres, quien deberá capitalizar esta inyección anímica para enderezar el rumbo. La Liga todavía ofrece margen para sumar puntos y acercarse al grupo de los ocho, y si no, la Copa Colombia será la ruta para salvar el semestre y darle una alegría a la hinchada que tanto lo necesita.

Aunque el triunfo ante Junior abre más preguntas que respuestas, al menos devuelve la ilusión. Millonarios puede jugar bien, puede ganar y ser protagonista; la cuestión es si, de ahora en adelante, ese equipo que vimos en El Campín será la regla o la excepción.