El deber de Hernán Torres

Hernán Torres es un nombre ligado a uno de los momentos más felices de la hinchada de Millonarios en las últimas décadas. Hoy, ese mismo nombre que despierta cariño carga con la seria responsabilidad de levantar a un equipo sin ideas, que comete errores básicos y que preocupa más de lo que ilusiona.

La derrota 1-0 ante Envigado en la Copa Colombia es apenas otro capítulo de un libreto repetido: errores defensivos infantiles, pasividad en las marcas, un ataque sin peligro y un mediocampo incapaz de sostener o generar juego. Envigado, con poco, hizo ver mal a Millonarios y tomó una ventaja que duele más por la forma que por el resultado.

Y aquí, querido Hernán, es donde el rol como DT debe trascender lo táctico. Porque no basta con cambiar de esquema en el entretiempo ni con pedir intensidad cuando las piezas simplemente no alcanzan. Este plantel necesita refuerzos de calidad real, no apuestas lesionadas ni jugadores sin ritmo competitivo.

Lo de este semestre es un fracaso anunciado desde la planeación, y la responsabilidad también recae en el director deportivo, el presidente y el máximo accionista, que siguen aprobando fichajes que no están a la altura de Millonarios.

Hernán, que sabe lo que significa salir campeón con esta camiseta, tiene que dar un golpe sobre la mesa. No por capricho, sino porque el club azul lo exige. El hincha no aguanta más nóminas cortas, refuerzos que apenas suman minutos o jugadores que se lesionan antes de debutar. Este equipo necesita jerarquía, equilibrio y carácter.

El próximo reto es el clásico contra Santa Fe, un partido que se debe jugar con fútbol y con ganas, aspectos que este Millonarios todavía no muestra. Pero más allá de lo inmediato, lo que pedimos es que Hernán Torres, el mismo que hizo vibrar al Campín en 2012, hoy se levante y le exija a la dirigencia un plantel a la altura de la historia del Embajador, porque Millonarios merece mucho más que sobrevivir a punta de excusas.