El significado de inestable es Millonarios

Pasó una semana llena de altibajos y sentimientos para el hincha, cuya coraza se desarma cuando ve a su equipo eliminado, pero su sentimiento se reafirma al ver su ascenso en la tabla tras vencer al que era el único invicto de la Liga BetPlay Dimayor 2025-II. Sumados los tres puntos, Millonarios se puso nuevamente en la onceava posición, a solo tres del octavo, y en la reclasificación está a siete unidades del primero.

Más allá de que la percepción y el fútbol no nos estén alcanzando para ser contundentes en los encuentros disputados, el equipo tiene posibilidades numéricas y reales no sólo de clasificar, teniendo en cuenta que, en caso de pasar a los cuadrangulares, empieza un “torneo nuevo”; dicha clasificación lo mantendría en pie de lucha en la sumatoria de puntos para obtener su cupo a torneo internacional.

La inestabilidad se presenta día a día con los rumores, las continuas protestas por parte de los hinchas, pero sobre todo por la indolencia y falta de pronunciamiento de quienes hoy manejan el club. Hasta el momento que escribo esta opinión, Millonarios ha fracasado en tres de los cuatro torneos que ha disputado en el año, aferrándose al trabajo de un técnico cuyo desenlace se espera salve patria con la clasificación a la espera de un milagro. 

No sabemos para qué está el equipo en este momento; frustración al perder con los dos equipos que prácticamente van a jugar el ascenso el otro año, luego ganarle al líder y al único invicto, pero en especial porque parece que un día arranca con fuerza como un carro viejo en una pendiente, para luego caer tras una nueva falla en su mecanismo.

Por lapsos de cada partido, los dirigidos por Hernán Torres se ven sólidos en todas sus líneas, pero no superan los 15 o máximo 20 minutos para volver a los espejismos que acechan a los jugadores en errores individuales que terminan costando puntos o eliminaciones. Como ejemplo más reciente, Sergio Mosquera fue el responsable en su totalidad de los dos goles de Fortaleza, en errores tontos e infantiles que no deberían suceder.

La parte mental es la disputa más crucial y con la que este equipo batalla día a día tras los acontecimientos dados a lo largo del semestre. No se puede flaquear más y ahora irán a una cancha donde la obligación es sumar y la hostilidad empieza desde que pones un pie en suelo antioqueño.

Hay clásico en Colombia entre azules y verdes; nosotros somos los necesitados y se carga en la espalda con un invicto de no perder hace casi ocho años en el Atanasio Girardot enfrentando a Nacional. Jueguen como el hincha que se destroza la garganta cada vez que salen a la cancha porque el rival no dudará en clavar la estaca que termine por perforarnos la ilusión de seguir en busca de ser campeón.