
El fútbol, como la vida, no se detiene, después de un día bueno nos estamos enfrentando a 24 horas nuevas e inciertas, así cada mañana, donde el objetivo, según la ambición, es revalidar o mejorar lo del día siguiente. Por fortuna hay momentos que rompen con esa rutina, escenarios que trascienden a esa monotonía y que valen la pena conmemorarse una y otra vez.
Cualquier excusa es válida para recordar los momentos felices, yo encontré la mía cuando dos amigos me invitaron y me dieron un espacio para volver a escribir a modo de opinión. La inspiración llegó fácil, 31 días después de uno de los días más felices de mi vida.
Larry Vásquez fue “el elegido”, como el mismo lo manifestó, de materializar el sueño de millones, de finiquitar el trabajo de todo un semestre y de muchos años de carrera, en el caso de varios jugadores, y de hacer posible este y otros tantos escritos referentes al 24/06/23.
Hoy, en medio de un nuevo campeonato, se cumple un mes de la 16, un mes de volver a llorar de felicidad, un mes del gol del Llinás, un mes del “piense que sí, que sííí…”, un mes del Topo Gigio de Duque, un mes de la toalla de Mier, un mes de la consagración de Montero, un mes del penalti de Larry, un mes de las lágrimas de Gamero, un mes del “Hijueputa verde” de Juan Pablo, un mes de la celebración del “grupo de amigos”… un mes de ‘La noche más linda del mundo’.
Y aunque el fútbol, como la vida, no se detiene y no se puede vivir del pasado, los grandes logros se recuerdan para siempre y es deber ser conmemorarlos, en especial en el fútbol, donde son más las derrotas que las alegrías, un deporte donde la gloria en muchas ocasiones es efímera y la justicia pocas veces se hace presente.
Y aunque la conquista de un título hace apenas un mes es motivo suficiente para hacer una mención, hoy celebramos más que ello, hoy celebramos la fe y paciencia de una afición que creyó ciegamente en el destino sin importar lo agridulce que fue el camino, la ambición de una hinchada, jugadores y cuerpo técnico que ahora quieren más.
Porque está claro que este no es el final, es apenas un piso del proceso, que la llegada de la 16 obliga a pensar en la 17 de inmediato, pero después de lo vivido un semestre atrás y en medio de un nuevo trayecto, también hay espacio para seguir celebrando, para avanzar más ligeros. El 24/06/23 nos quitamos un peso de encima, hoy tocamos el piano, ya no lo cargamos.
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