Mentalidad y actitud perdedora
- Andrés Suárez
- 15 sept
- 2 Min. de lectura

Millonarios entró a cuidados intensivos tras una reanimación de puntos luego de haber ganado unos partidos, cuyo resultado llevó a ilusionarse con una posible clasificación de los cuadrangulares. Hoy el equipo tiene posibilidades de lograrlo, matemáticamente hablando, pero ¿y el juego?
Con la vergonzosa derrota en la ciudad de Valledupar ante Alianza F.C., los dirigidos por Hernán Torres mostraron un nivel que generó un mar de sentimientos y emociones a los miles de hinchas, resaltando aquellos que acompañaron al equipo en el Estadio Armando Maestre para ver a un grupo caminar y rendido ante las adversidades que surgieron.
El equipo sumó su sexta derrota por liga, la cuarta en condición de visita, dos de local y recibiendo 11 goles en estas derrotas, pero en todas hay algo que resalta y tienen en común estas caídas del conjunto durante los encuentros: la actitud de los jugadores no solo genera la frustración y repudio de ver jugadores caminando la cancha ante la necesidad que arropa al club, también es evidenciar que no hay más y la resignación comienza a salir a flote.
En todas las seis derrotas nunca hubo un pundonor y actitud vehemente por parte de ningún jugador para darle vuelta al resultado. La resignación reflejada en cada disputa de balón y la nula generación de siquiera inquietar el arco rival es lo que más perfora el corazón del hincha, cuya ilusión se renueva partido a partido.
Claro que perder es parte del juego, pero las formas en cada una de las derrotas y sobre todo en esta última, deterioran los lazos entre la hinchada y este grupo de jugadores. No es quitarle mérito al rival, pero si uno se ve superado por el equipo que tiene enfrente, tampoco espera que les dejen el camino fácil y la derrota se vea reflejada en los ojos de los futbolistas cuando aún la batalla se está disputando.








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