Arrancó oficialmente el año competitivo de Millonarios con varios retos en el camino. Si bien los equipos grandes deben aspirar a ganar todo lo que disputen en un año calendario o temporada, en Colombia, Millonarios carga con una responsabilidad que sobresale por encima de los otros grandes. El proceso de Alberto Gamero.
Tres años después de asumir la dirección técnica, el samario suma apenas un título con el equipo. Si lo analizamos de esta manera, es apenas entendible que muchos muestren su insatisfacción con los resultados que ha dado el trabajo de Gamero. Ahora, no podemos desconocer los frutos de su proceso.
Estos frutos se evidencian en un crecimiento a nivel general del club, divisiones menores, promoción de jóvenes promesas, buenas ventas y una idea de juego clara en cualquier cancha del país. Un equipo que no venda, no es sostenible. Millonarios ya es un equipo vendedor. Qué bueno. ¿Hace cuánto no pasaba esto? Lo claro es que este es el camino para sumar títulos, con Gamero o sin Gamero, esto se debe mantener.
Ya vendrán los campeonatos y las estrellas, ¿pero cuándo? Yo sí creo que este es el último año de Alberto Gamero si no suma la estrella 16 en junio o en diciembre. Y duele decirlo, por lo menos a mí, porque todo se ha hecho bien en medio de las dificultades y los errores. Solo ha faltado lo más importante, casi nada. Y aunque se escoja otro técnico también capaz, que es algo que la dirigencia ha sabido hacer con los últimos nombres que han pasado por el club, el prescindir de alguien de la casa, hincha y ya campeón, dolerá, hasta para el más crítico de Alberto Gamero, de cierta manera.
Millonarios está obligado a sumar una estrella más, pero también deberá competir en el campo internacional, al menos en Sudamericana, que no es un camino tan minado como la Libertadores para intentar rasgar una participación destacada.
Las cosas se vienen haciendo bien en casi todas las esferas del equipo, y me trasnocha pensar que todo esto no culmine en un título de Liga. Como en los últimos semestres, siempre ha faltado un poco más, algo de fortuna, un gol, más concentración en el último tiro de esquina, saber cerrar un partido decisivo. Insisto, este es el camino, los procesos sí valen la pena, aunque tarden, aunque la suerte acompañe a los otros y no a nosotros. Este debe ser el año de ‘Millos’.
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