Amarga noche en Bogotá: Millonarios empató contra Tolima en El Campín y dejó escapar en los minutos finales una victoria vital.
En un estadio a reventar y en medio de una noche caótica en la capital del país por la movilidad y la cantidad de eventos que había a la misma hora, los hinchas de Millonarios nos ilusionábamos con un gol tempranero tras un tiro de esquina ejecutado por David Mackalister Silva. Sin embargo, todo se vendría abajo para los de Gamero con el gol visitante de Anderson Angulo sobre el final del juego.
Más allá de la decepción y las cuentas que nos pone a depender ahora de otros resultados, por ahora nos queda aceptar los errores, asumir las circunstancias y aferrarnos a un milagro.
Y es que la bronca se hace más evidente luego de un partido inteligente de Millonarios, con la concentración a tope hasta el minuto 90 que nos ponía hasta ese instante con la misma cantidad de puntos que el conjunto tolimense. Si bien hubo algunos jugadores con buen nivel en el transcurso del partido, es de destacar la actuación de Omar Bertel, que pasa hoy por su mejor momento desde que debutó con la casaca ‘albiazul’.
El nacido en Montelíbano, Córdoba, emocionó en varios pasajes del encuentro a los asistentes de El Campín, con los quites de pelota y firmeza defensiva por su costado del campo. En total, ganó siete de los nueve duelos por el suelo que disputó. Además sumó siete entradas y tres intercepciones.
Luis Miranda, del Deportes Tolima, que estuvo en el terreno de juego hasta el minuto 64, lo sufrió. En labores ofensivas, el lateral izquierdo tuvo en el segundo tiempo una de las jugadas más claras en ataque para Millonarios: estrelló una pelota en el larguero del arco contrario.
Lo cierto es que ‘El Embajador’ encontró en Bertel estabilidad en esa posición que tanto le ha costado a Millonarios en el último tiempo. También es cierto que esto poco emociona por el resultado que se obtuvo en la noche de este jueves, pero con miras al futuro próximo, podemos asegurar que contamos con una gran pieza para los retos venideros.
¡Siempre Millonarios!
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