Luego de una larga para en la Liga y con algunas bajas importantes, volvió Millonarios y se encontró ante un rival que quiso complicarlo desde muy temprano en el partido, y que pese a no ser superior, sí supo hacerle daño y cobró las desatenciones en defensa y marca de los 'Embajadores'.
Desatenciones que por un momento parecieron sentenciar el partido y que predecían toda una hazaña en Bogotá, pero que la entrada de un hombre frenó, le dio otro aire y ayudó a disminuir la ventaja del rival: Edgar Guerra, la figura del partido en Barranquilla.
Guerra entró para el segundo tiempo e hizo lo que tenía que hacer: ayudar a contrarrestar y limitar la salida de Fuentes, quien estaba siendo una pesadilla para la defensa de Millonarios por la zona izquierda (zona por donde llegaron los tres goles). Además de generar jugadas de peligro y aportar en el ataque del equipo. De sus pies nace la jugada del segundo gol, pues logra un remate que se estrella en la defensa rival y el rebote le queda a Cristián Arango, que define con gran categoría.
Si bien hay que destacar a otros jugadores como Arango, Mackalister o Murillo; sin el ingreso de Guerra y su participación con una actitud 'encaradora' y con carácter que le permitió mostrar otra cara a Millonarios, estos jugadores posiblemente se hubieran visto limitados porque el rival ya había encontrado el espacio para hacer daño.
Millonarios recibirá a Junior el próximo domingo en Bogotá y Alberto Gamero debe pensar en hacer un partido inteligente, usando las virtudes de los jugadores que tiene a disposición, y en el que ojalá todos entren tan conectados como lo hizo Guerra y le permitan dar vuelta a la serie, que quedó totalmente abierta.
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