En la mirada de Mayer se veía un brillo especial cuando saltó al campo y vió esa tribuna vestida de azul, la misma que lo enamoró y que él llama mi mar azul, frase que utilizó el día que salió campeón con Millonarios como jugador y que demuestra su cariño por nuestro equipo.
El público lo aplaudió como reconocimiento por su paso por el equipo, saludo a Gamero, imaginando que él era el que estaba sentado en el banco azul, se saludo con los amigos, y se fundió en un abrazo con Macka, recordando gratos momentos.
Pero Millonarios respeto a Mayer, sin importar situaciones ni posiciones en la tabla, lo enfrentó con su tradicional estilo de posesión y posición con todo lo que conlleva eso, lo atacó y le marcó las veces que pudo.
El partido lo complicó el rival hasta el minuto 35, pero sin hacer daño solamente enredando hasta que "Naruto" Pereira encontró la llave y abrió la puerta del triunfo, lo demás es historia.
Somos líderes en ambas tablas, algunos dirán que no sirve para nada si al final no somos campeones, que somos líderes porque no hemos enfrentado rivales de peso y cosas por el estilo.
En parte tienen la razón pero para llegar al partido final y ser campeones hay que jugar y ganar a todos y poder clasificar lo más rápido posible y poder preocuparnos por cosas como la copa y engranar más jugadores al estilo de "Gamero - Millos", hay que recordar que antes era una tortura clasificar sobretodo en las últimas fechas.
En cuanto la reclasificación nos asegura participación internacional todos los años como lo merece nuestro equipo, los títulos son prioridad y llegarán por el trabajo de todo el equipo, solo necesitamos creer en Gamero y los muchachos, mandemos la mejor energía y pensando que si alguien como Mayer quiere estar aquí, porque nosotros que estamos no disfrutamos del mar azul. Vamos Millonarios.
Manuel Peñuela
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