Millonarios ha tenido que asumir sus últimos partidos bajo circunstancias poco favorables con el plantel como lesionados, expulsados, positivos por Covid-19, entre otras; que han hecho que algunos jugadores se vean sacrificados y que el equipo se vea desordenado y ansioso, además del desgaste físico que esto ha causado. Sin embargo, ante estas situaciones y algunos malos pronósticos, ha salido a relucir la fuerza y el amor por la camiseta y en cada partido han aparecido jugadores determinantes, que se vistieron de héroes y que tienen a Millonarios soñando con otro campeonato.
El turno esta vez es para Juan Carlos Pereira, que no solo le cambió la cara al equipo con su ingreso en el segundo tiempo, dándole orden al medio campo y ayudando a tener un poco más el balón; sino que con todo el carácter y personalidad dijo -yo lo cobro- cuando el juez del partido pitó un penal a favor de los ‘Embajadores’ en tiempo complementario. Y no solo lo dijo, sino que lo cobró con categoría, engañando al portero rival y empatando la serie cuando todo apuntaba a que el equipo iba a volver a Bogotá con un resultado en contra.
Hay que tener mucho valor para pararse a cobrar un penal en un escenario en el que todo está en contra y en el que solo se tienen dos opciones: o convertirse en héroe o salir como un villano. Y Pereira, que venía sin continuidad y que había jugado por última vez el 01/03 contra Jaguares, lo tuvo.
En una final, donde poco y nada importa cómo se dé el desarrollo de los partidos y lo que cuenta es el marcador, actos como ese son mucho más significativos y se convierten en anécdotas que nunca se olvidan. Aún quedan 90’ por disputar en Bogotá y la ilusión está más intacta que nunca.
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