En medio de la inaceptable agresión a Daniel Cataño en Ibagué, si algo vale la pena rescatar es que tenemos buenos seres humanos en el equipo que nos representan como seguidores de Millonarios.
Un día tenía que pasar. Un día alguien tenía que mostrar dignidad, alguien tenía que pasar de las palabras a los hechos; de las camisetas con mensajes y campañas en redes sociales a decir "no jugamos" y en efecto: no jugar. Llena de orgullo saber y decir que el equipo que por fin lo hizo fue el nuestro.
Primero lo primero: el cobarde ataque a Daniel Cataño ayer en Ibagué es inaceptable. Uno quisiera que esas cosas no volvieran a ocurrir y que los violentos fueran erradicados de las tribunas del país pero con la laxitud histórica de las autoridades del fútbol con actos de ese estilo (y peores) es difícil esperar que algo cambie.
Dicho esto, hay que hablar de la solidaridad y el colegaje que les sobró a unos y les faltó a otros ayer en el Manuel Murillo Toro. "Nuestra seguridad está por encima de cualquier cosa. Nosotros tenemos que sentar un precedente para que nos eduquemos como sociedad" dijo con elocuencia el capitán David Macalister Silva en diálogo con la policía y el árbitro del partido, Wilmar Roldán, que hizo todo lo posible para que el partido se jugara.
Ver al capitán de Millonarios diciendo de manera tan contundente que no estaban dispuestos a jugar me hizo pensar que este equipo es diferente. Y claro, lo lógico sería que las cosas siempre fueran así, que un capitán diera cualquier lucha necesaria por el bienestar de sus compañeros pero dentro del FPC esta es la excepción a la regla. Porque generalmente, ni entre compañeros hay solidaridad.
“No me importa que decidan, yo no voy a jugar” dijo Andrés Llinás mientras se retiraba a los camerinos. Otro referente del equipo que fue solidario con su compañero y al que vale la pena aplaudir. Para no hablar solo de los nuestros, también vale la pena destacar a Julián Quiñones. El capitán del Tolima se mostró de acuerdo con la decisión de sus colegas de Millonarios y reconoció la importancia de no jugar el partido.
En una dirección opuesta a los líderes de Millonarios y al capitán de su propio equipo, declaró el presidente del Deportes Tolima, César Camargo: "Hay otro hecho que es impresentable y es que un equipo se retire de la cancha. Eso no tiene presentación y es un boicot al juego". Para que quedemos claros, a Camargo le pareció peor que Millonarios no quisiera jugar el partido a que un delincuente con la camiseta del equipo que él preside agrediera a un futbolista. ¿Decepciona? Sí. ¿Sorprende? No. A los dirigentes no les importan los futbolistas, eso queda claro todos los fines de semana.
Reprochable también el comportamiento de un sector del público en Ibagué: al violento que ingresó a agredir a Cataño lo aplaudieron a su salida y el bus de Millonarios fue apedreado cuando se estaba yendo del estadio. Ibagué nunca ha sido una plaza fácil pero los tiempos cambian, tiene que haber consecuencias ante la violencia. Al menos una vez en la vida. Los desadaptados no pueden seguir haciendo lo que quieran y continuar impunes.
Cada quien elige de qué lado de la historia quiere estar. Aplaudo con el corazón la actitud de los jugadores de Millonarios que negándose a jugar el partido sentaron el precedente necesario para que la gente piense dos veces cómo comportarse en el estadio y para que los dirigentes le pongan el ojo al tema de la seguridad en las canchas de fútbol profesional en Colombia.
Somos afortunados de ver a este Millonarios: no solo nos representa futbolísticamente sino también en su humanidad. Desconozco qué decidirán en Dimayor: si perdemos el partido en el escritorio, si nos sancionan económicamente... La verdad no importa, que pase lo que tenga que pasar. Me siento orgulloso y representado por la actitud de los nuestros, independientemente de las consecuencias que su acciones traigan.
Cortita Y al pie: Que nos quede de lección a todos que las emociones y la calentura no nos pueden ganar. Ahora que por fin volvamos el sábado a El Campín debemos comportarnos a la altura de lo que ayer demostraron ser nuestros jugadores.
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